

En los últimos meses he escuchado a muchos pacientes preguntar por el Zyn. Algunos llegan con curiosidad, otros ya lo usan pensando que es más seguro que fumar. Pero aquí te voy a contar qué es realmente, cómo funciona y qué problemas puede traerte en tu boca.
¿Qué es el Zyn?
El Zyn es una bolsita blanca que contiene nicotina, pero no hojas de tabaco. Viene mezclada con fibras vegetales y saborizantes, y se coloca entre la encía y el labio. Se hizo popular porque no genera humo, no huele y se puede usar en cualquier lugar.
¿Cómo se usa?
La bolsita se deja en la boca de 10 a 45 minutos. Durante ese tiempo, la nicotina se absorbe por la mucosa oral y pasa directo al cuerpo. Es decir, te da el “golpe” de nicotina sin necesidad de fumar ni vapear.
¿Dónde está el problema?
Aunque suene cómodo, no es inocuo. La nicotina sigue siendo una sustancia adictiva y, a nivel bucal, puede provocar:
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Irritación de encías: enrojecimiento, inflamación e incluso retracción.
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Sequedad bucal: menos saliva = más riesgo de caries, mal aliento y sensibilidad.
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Lesiones en la mucosa: úlceras, descamación o manchas blancas en la zona de contacto.
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Problemas periodontales: aumenta el riesgo de pérdida de hueso y encía que sostienen tus dientes.
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Adicción silenciosa: al ser discreto, es fácil abusar de él sin darse cuenta.
En conclusión
Zyn puede parecer moderno y práctico, pero no es un producto inocente. Al final del día, sigues exponiendo tu boca a la nicotina y a todos sus efectos.
Mi consejo como odontólogo es: si ya lo usas, vigila de cerca tu salud oral. Revisa tus encías, hidrátate bien, cuida tu higiene y visita a tu dentista con regularidad. Y si aún no lo pruebas, piensa dos veces si realmente vale la pena empezar.